Juan Manuel Romero tiene 26 años y hace poco más de uno encontró el amor del otro lado del mundo: una tarde, en uno de los tantos mercados navideños alemanes conoció a Cinthia Alexandra del Valle Bruno, una joven venezolana que se encontraba viviendo allí. El flechazo fue instantáneo. Su historia de amor, de película. Y ahora, contra viento y marea, luego de vivir separados casi todo 2020, llegó el esperado reencuentro.
El joven, ahora junto a su pareja, nos cuenta su historia desde la casa en Alemania donde realiza el aislamiento obligatorio, posterior a su arribo al país. “Nos conocimos el año pasado, para esta época en Dusseldorf. Lo de viajar para verla ya lo habíamos decidido antes de que yo me fuera de vuelta a Argentina”, explica. Juan Manuel fue beneficiario, durante 2019, de una beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por sus siglas en alemán) para estudiar en el país de Europa, pero con fecha de regreso: debía, por cuestiones relativas a su visado, retornar al país a fines de febrero o principios de marzo de este año.
Con su relación viento en popa, se prometieron continuar a la distancia. “Habíamos decidido que íbamos a seguir viéndonos hasta que en algún momento termináramos ambos de estudiar y pudiéramos establecernos en algún lugar”, narra Juan. El problema sin duda fue la pandemia, que rompió con sus planes y puso en peligro la posibilidad de volver a verse, al menos durante este año.
Fueron muchos meses de planeamiento, trámites y gastos. “Viajar en pandemia fue mucho problema”, asevera, pero está convencido de que valió la pena. La Navidad en Alemania se vive diferente, comenta: “Es todo muy tradicional: hay ciertas comidas típicas, muchas luces, árboles y decoración. Incluso, en vez de un día, la Navidad se festeja dos, el 25 y el 26”.
Mientras cumple el aislamiento impuesto por el Estado alemán, sus días transcurren con tranquilidad. “Estamos intentando recuperar todo el tiempo perdido y hacer actividades juntos que planeamos durante mucho tiempo. La pasamos viendo películas navideñas, cocinando juntos, escuchando música y bailando”, enumera.
Cinthia tampoco puede ocultar su alegría: “estoy muy feliz de que haya venido porque teníamos todo el año sin vernos, habíamos estado posponiendo las fechas”. La joven, por la pandemia, tampoco pudo ir a su Venezuela natal a ver a su familia. Explica que valora muchísimo el hecho de que su novio haya corrido el riesgo de viajar en estas condiciones, aunque aclara que era un riesgo para los dos. Ella, desde Europa, ayudó a Juan todos estos meses con la organización del viaje. “Habíamos reunido desde hace meses todos los papeles que nos iban a pedir, pero estuvimos hasta último momento nerviosos. Estoy muy contenta de que lo hayamos intentado, que haya funcionado y podamos pasar la Navidad y Año Nuevo juntos”,
Más enamorados que nunca, felices y entusiasmados por el tiempo que les queda juntos, cuentan que juntos armaron el árbol y prepararon la cena. Una comida vegetariana porque Cinthia no come carne. Juan Manuel confiesa que añora los sándwiches de miga, porque en Alemania no consigue el clásico pan que tenemos acá. Sí hubo turrones, que llevó el novio para compartir con Cinthia.
Cómo es viajar en pandemia
Para Juan fue toda una travesía. Considera que hay formalidades para viajar que finalmente “terminan siendo para nada”. “Me hice un test PCR, declaraciones juradas y un montón de cosas que cuando llegué a Migraciones, en Ezeiza, nunca me pidieron. De hecho, en Ezeiza había muy poco control. Tampoco usé la aplicación Cuidar.
Cada destino posee diferentes regulaciones para el ingreso. En el caso de Alemania, Juan tuvo que presentar el test de covid-19 negativo, pero también debió viajar con pruebas de su relación con Cinthia. “Llevé una carpeta que incluía fotos, cartas que nos mandábamos o comprobantes de envíos internacionales, tickets de un viaje que hicimos juntos a Frankfurt, cosas que probaban que de verdad teníamos una relación”. Todo esto debió ser presentado ante la pPolicía. Además, debió declarar el domicilio donde realizará la cuarentena que pide el país (10 días). Comentó que arribó a destino con una carta de invitación que su pareja hizo en caso de que fuese necesaria.